La sima elegida para esta actividad, Platzeagabizkar, se trata de un sumidero y la predicción del tiempo no era muy alentadora pero dado que no llovió nada durante la noche decidimos seguir adelante. Tras ponernos en contacto con la sala del 112 salimos hacia Ochagavía. Ya en Abodi nos toca esperar a resguardo del fuerte viento para entrar a la cavidad cada uno con su equipo.
Mediodía soleado pero con fuerte viento.
Una vez en la sima la única preocupación es realizar la mejor instalación posible para sacar la camilla de la forma mas cómoda posible y a poder ser sin mucha demora. Pero cuando todos estábamos trabajando en la cavidad surgió otra preocupación mayor: empezó a llover y la sima entró en carga. Fue corriendo la voz de fuera hacia adentro de que bajaba agua y en 5 minutos parecía más que estábamos en un barranco. Decidimos suspender la práctica e ir saliendo por el riesgo de que cayeran palos o piedras, aunque enseguida fue descendiendo el caudal y la cosa se quedó en un pequeño susto.
Al salir, una sopa contra la tiritona y a recoger todo rápido por si volvía a llover.
El paisaje cambió totalmente mientras no estábamos.
Los últimos espeleos salieron secos (les dio tiempo a buscar buen cobijo) y ¡¡alguno con regalo!!
Texto y fotos: Zuriñe Fdz
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