20 abr 2021

ARTZUNBIDE AITZULO



Hacía ya tiempo que Ramón, vecino de Olazti y activo trabajador por la recuperación de la memoria histórica, nos hizo llegar el testimonio de un pastor que vivió en la zona de Lizarraga. Según este testimonio, el pastor, aseguraba haber visto como lanzaron a esta sima los cuerpos de dos personas fusiladas durante la guerra civil.

Con esta información, antes de nada hacemos un pequeño trabajo de campo. En una primera visita exterior a la zona, vemos que la sima tiene un cerramiento con una plataforma que está construida sobre vigas de hormigón que tapa la gran oquedad que antes daba acceso a la cavidad y en el centro hay una estructura piramidal de piedra a la que por la parte de arriba se puede acceder a través de una puerta de hierro cerrada por un candado. Un cerramiento faraónico que nos sorprende. No parece que escatimaran en gastos. Buscamos también algo de información. Según el catálogo espeleológico de Navarra esta cavidad había sido explorada en 1954 por la Institución Principe de Viana pero de esta primera exploración no encontramos ninguna información. A través de las ortofotos históricas publicadas en IDENA, deducimos que esta construcción la hicieron entre el 1991 y el 1996. La próxima reseña a la que tenemos acceso es la del GE Satorrak del año 1999, que ya describe la sima tal y como la encontramos.





Tras pedir los permisos y una vez nos ha facilitado las llaves del candado el departamento de obras públicas del Gobierno de Navarra, el 29 de diciembre del 2020, realizamos un primer descenso.

Reequipamos el pozo de 61 metros que nos deja en la base. Encendemos nuestros frontales a máxima potencia y lo que vemos es impactante. Estamos sobre una enorme montaña compuesta por toneladas de piedra caliza vertida intencionadamente y mezclada con residuos de todo tipo: metales, vidrios, bidones, lavadoras, pilas, huesos de animales... Todo mezclado, hacen un gran cono de piedra y basura desde la base del pozo de entrada en cota -61m hasta la parte mas profunda de la cavidad a más de 30 metros de distancia y cota -81m. Una gran sala repleta de piedra y basura. Es realmente desolador lo que vemos. Por una parte, por el desastre medioambiental que supone y por otra, por la intencionalidad de ocultamiento que parece tener semejante vertido. Da la sensación de que hayan intentado rellenar de piedra la cavidad, vertiendo decenas de camiones de grandes rocas y toneladas de grava.







Nos ponemos al lío con lo que tenemos. Haría falta una excavadora para darle vuelta a ésto, pero solo podemos ayudarnos de unos azadones que traemos y nuestras manos. Nos ponemos a rebuscar en este enorme vertedero con la esperanza de encontrar algún hueso humano que confirme el testimonio.

Entre tanto residuo y piedra, encontramos desde matrículas de bicicletas de los años 60, matrículas de algún coche antiguo con las inscripciones de Ergoyena, una placa de guarda de caminos de Lizarraga, alguna bala de fusil, un montón de huesos de animales que aparecen prácticamente a cada piedra que movemos... y de pronto, en la parte baja de la cavidad, alguien encuentra enterrada una pistola antigua muy deteriorada.




Esto nos queda grande. Tras una buena paliza de mover piedras y rocas, sorprendidos con lo encontrado y la sensación de no haber visto ni una mínima parte de lo que puede haber aquí, decidimos salir de la sima sin llevarnos nada más que las fotos que hemos hecho.

Elaboramos un informe de lo realizado y lo ponemos en conocimiento inicialmente con la Sociedad de Ciencias Aranzadi y Principe de Viana. Éstos nos comentan que al haber un arma de por medio, tenemos que informar a Policía Foral. Así hacemos, les informamos del hallazgo y les remitimos el informe.

A partir de aquí, es Aranzadi quien tras leer el informe, muestra interés desde el primer momento y coordina a las partes para una segunda visita. Es el sábado 10 de abril cuando nos volvemos a encontrar en la sima. Ahora ya con refuerzos.

En esta segunda visita participan: siete personas de Aranzadi, de las cuales dos bajarán para liderar la exhumanción. Una representante del Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses que se haría cargo de los restos humanos, si los hubiera. Ocho espeleólogos del GE. Otxola para los trabajos en cavidad. Seis agentes de la Policía Foral que se harán cargo del arma y dos Alumnas del Grado de Criminología colaboran en la visita.

En total doce personas bajamos a la cavidad el sábado por las dos vías de progresión independientes que habíamos montado el día anterior con la supervisión de policía foral. Las caras de asombro y las expresiones de todas las personas que pisan por primera vez la base coinciden: ¡Buah!,¡Buff!... Lo que encontramos aquí abajo es sobrecogedor.


 
 
Sin perder mucho tiempo nos ponemos manos a la obra. Los dos técnicos de Aranzadi nos explican el plan de trabajo. Haremos seis catas en varias zonas e iremos guardando en bolsas los huesos que vayamos encontrando. Al mismo tiempo, policía foral se encarga de la pistola y municiones encontradas, y otros dos miembros de Otxola hacen una nueva topografía de la cavidad, marcando la situación donde se han hecho las catas y se ha hallado la pistola.

Con los trabajos ya terminados, vamos saliendo con los restos que hemos ido metiendo en bolsas para que fuera, los inspeccionen mas detenidamente. Los diferentes equipos de trabajo en el exterior revisan hueso a hueso y van descartando que éstos sean humanos. Sacamos varias bolsas pero determinan que todos pertenecen a animales domésticos sin interés. La policía foral saca la pistola, la munición, y un casquillo de bala detonado que ha aparecido en la búsqueda de hoy.








Después de una jornada de 8 horas entorno a Artzunbide Aitzulo volvemos para casa con una sensación agridulce. Impotentes de ver que aunque hemos hecho lo que estaba en nuestras manos, no hemos podido localizar a esas dos personas que según dice el testigo tiraron a esta sima. Nos quedamos con la duda de saber acaso a cuantas más pudieron haber tirado aquí. Cuantas más pudieran estar sepultadas bajo tanta tonelada de piedra.

¡Ojalá algún día sepamos la verdad y podamos dar luz a quienes trataron de ocultar para siempre! 
 

 




Planta de la topografía.
 
 
 
 
Perfil de la topografía.

16 abr 2021

EXPLORACIÓN SUMIDERO DE TOIX –ALTEA

 29 DE MARZO-1 DE ABRIL 2021


Participantes: José María Cortés, Belén Andrés, Guapet (Vicente Gil), Eliseo Belzunce.

Estamos a setenta metros de profundidad, anclados a una cuerda de escalada con los júmares (bloqueadores) viejos de espeleología, para no ser arrastrados por la corriente hacia el interior de la cueva y por más que miramos hacia atrás, no conseguimos ver con claridad cómo es la continuación de la galería.

Las numerosas leyendas que hemos oído del Sumidero de Toix, hablaban de un pozo donde la luz se pierde más allá de los ochenta metros de profundidad.

La realidad es bien distinta y el pozo en cuestión, baja hasta menos sesenta y cinco metros. A partir de ahí, la cavidad pierde la verticalidad, se va estrechando, la corriente se acelera bruscamente y el lugar se convierte en uno de los más inhóspitos que hemos conocido bajo tierra.

Peleándonos con la corriente, intentamos solucionar las tareas que nos quedan antes de emprender el retorno a la superficie. Tras anclar la cuerda a un puente de roca y hacerle un nudo de tope, la cortamos, organizamos lo que nos sobra dentro del petate y salimos jumareando (traccionando del bloqueador) hasta la superficie, haciendo las correspondientes paradas de descompresión. 

La visibilidad es buena al salir porque la corriente limpia la cavidad. Todo es muy diferente al resto de cuevas que conocemos y es una sensación extraña sentir que estás buceando en un río salado que se mete hacia el interior de la tierra y que no puedes soltarte de la cuerda si no quieres verte arrastrado hacia no se sabe dónde.

Estamos aquí porque todo tiene su momento y ha llegado la hora de explorar en el Sumidero de Toix.

Animados por el conocimiento del sistema subterráneo Toix-Moraig y su influencia con el acuífero de Benissa, decidimos que este mes de abril era el momento de realizar unas cuantas inmersiones aquí, para comprobar de primera mano la coincidencia del croquis topográfico existente de este sumidero, tomar los datos necesarios para realizar una topografía más actualizada, realizar mediciones de las fuentes de agua dulce subterráneas en la pared del Mascarat y avanzar todo lo posible hacia el interior de la Tierra buceando en este río aspirante.

Formamos un equipo de cuatro personas para poder llevar a cabo esta actividad. Pertenecemos al Grupo de Exploración del Moraig (GEM). Es en esta cueva situada en las proximidades de la Cala del Moraig en Benitatxell, donde el Grupo ha centrado sus esfuerzos desde el año 2013. Pero Toix es un tema pendiente que sabemos que nos puede aportar mucha información sobre el hipotético sistema Toix-Moraig. 

La hipótesis está corroborada por estudios realizados en base a datos obtenidos en ambas cuevas y en el sistema acuífero, pero no en vano, aún hoy está en discusión.

Para acceder al lugar contamos con la embarcación de SIDMAR. Eso junto con la impagable colaboración del puerto deportivo Marina de Greenwich para embarcar, preparar los equipos y realizar la exploración con seguridad, facilita enormemente las tareas de exploración.

Hay escritos del siglo XVI que ya hacían referencia a las fuentes de agua dulce de la pared del Mascarat. Las cuevas aéreas como la de los Palomos, fueron exploradas a mediados de los 60 por el Club Espeleológico de Alicante (CEA).

Las primeras exploraciones subacuáticas conocidas en la pared, se realizaron por un equipo francés de buceadores en 1971, liderados por Claude Lapeyre. Trabajando varios veranos, localizaron varias de las cuevas que hay en la zona y penetraron en la que llamaron “El túnel sin fin” y que ahora conocemos como Sumidero de Toix. Descendieron hasta treinta y ocho metros de profundidad en el gran pozo y ascendieron a una burbuja aérea desde la cabecera del mismo. Es increíble lo que consiguieron, teniendo en cuenta la dificultad de las inmersiones y los equipos de la época.

En 1978, aún sin internet y sin tener conocimiento de lo realizado por el equipo francés, biólogos del CRIS de Barcelona realizaron algunas prospecciones en la zona y trabajaron allí hasta 1981. Realizaron un reportaje cinematográfico y localizaron y documentaron las fuentes y cavidades existentes. En esta ocasión, no bucearon en el Sumidero debido a la complejidad de las inmersiones y esta cueva cayó en el olvido.

Parece ser que en 1992, buceadores de Madrid penetraron en la cavidad y descendieron hasta setenta metros de profundidad, pero no hemos podido comprobar la veracidad de esta información.

En septiembre de ese mismo año, al igual que hemos hecho nosotros ahora, el equipo que estaba explorando en el Moraig, entre los que se encontraban Bernhard Pack y José María Cortés, explora de nuevo el Sumidero de Toix. 

Pensaban que la salobridad del agua del Moraig, tenía que estar relacionada con la entrada de agua de mar a través de una cavidad submarina. Pensaban que el caso de la isla de Cefalonia, cerca de Argosotolion en Grecia, era muy similar a lo que ocurría aquí. Para demostrar esto, prospectaron por superficie y bajo el agua, todos los acantilados calizos entre Cabo la Nao y las paredes del Mascarat en el Morro de Toix. Así, tras un trabajo titánico, localizaron el Sumidero de Toix, lo que fue un increíble premio a su perseverancia. 

Bucearon hasta menos cuarenta metros y realizaron el croquis topográfico que existe actualmente. Determinaron que los caudales entrantes de Toix eran superiores a 200 litros/segundo y relacionaron por primera vez los caudales y la salinidad entre el Sumidero de Toix y la Surgencia del Moraig, proponiendo esta hipótesis como causa de la salinización del acuífero de la depresión de Benissa.

Sus estudios técnicos interesaron a las administraciones locales y dieron lugar a posteriores proyectos de investigación que generaron otros estudios. Hoy en día, estos resultados siguen siendo una referencia para nosotros y para otros investigadores.

A principios de este siglo, unos buceadores alemanes entraron de nuevo y al parecer, descendieron hasta menos ochenta metros. Pero no hay ninguna publicación ni referencia al respecto y por los restos de cabos encontrados en las paredes, no podemos asegurar que alguien haya descendido más allá de los setenta metros de profundidad.

Han tenido que pasar veinte años para que la inquietud de unas cuantas personas, nos haga retomar la exploración de esta maravillosa e inquietante cueva.

Así, tras preparar los equipos y planificar la inmersión, el día 30 de marzo teníamos la embarcación fondeada frente a la entrada de la cueva y estábamos listos para ir al agua. Jose María se queda de barquero y apoyo en superficie. Belén, Guapet y yo realizamos una inmersión hasta los cuarenta metros de profundidad, llegando a cien metros de la entrada tal y como teníamos previsto. Instalamos cuerda de escalada en todo el trayecto para garantizar una salida traccionando con las manos, ya que la corriente aspirante es difícil de vencer aleteando.

Al día siguiente, viendo que la cueva se enturbia mucho al entrar debido al sedimento acumulado que entra a la vez que nosotros, nos dividimos en dos grupos. En la primera inmersión descenderíamos por el pozo hasta la profundidad límite del gas de fondo que llevábamos. A sesenta y cinco metros de profundidad, tocamos fondo, echamos un vistazo a lo que nos esperaba por delante para el día siguiente y ascendimos jumareando como si estuviéramos en cavidad aérea pero respirando bajo el agua. Nunca imaginamos que se podía estar cómodo y tranquilo en una situación como ésta, pero la cuerda instalada el día anterior daba la seguridad que necesitábamos. 

Ya en superficie y tras un cambio de impresiones con el segundo equipo, nos sumergimos con el objetivo de realizar la topografía hasta cuarenta metros de profundidad con ayuda de un equipo de última generación, MNemo que da precisión a la toma de datos y simplifica mucho el trabajo a realizar. En una segunda entrada, realizamos las fotografías necesarias para documentar el trabajo.

El tercer y último día de inmersiones hicimos un planteamiento parecido al día anterior. Un primer equipo rehízo la topografía en su inmersión por si hubiera algún error en los datos del día anterior y exploró un tramo de galería paralela al pozo que seguramente sea un camino más fácil para llegar al fondo y que nos será útil en próximas exploraciones.

El segundo equipo, progresó una veintena de metros más a partir del fondo del pozo, llegando hasta setenta metros de profundidad y unos ciento cuarenta y cinco metros de penetración. La disminución de la sección y el consiguiente aumento en la velocidad de la corriente nos impidieron llegar un poco más lejos esta vez. 

El trabajo en superficie también dio sus frutos. Con ayuda de una sonda multiparamétrica YSI EXO2, https://www.ysi.com/exo2 y un transmisor bluetooth EXO-GO https://www.ysi.com/exogo , hicimos tres transectos paralelos a la costa. De esta manera, conseguimos localizar más de diez fuentes de agua dulce subterráneas de la pared del Mascarat y georreferenciarlas con los datos del EXO-GO.

Finalizaba así una maravillosa incursión a una cueva especialmente singular que abre de nuevo el camino a futuras exploraciones del Grupo de Exploración del Moraig en este sistema tan increíble.
Queremos manifestar nuestro especial agradecimiento a las empresas que colaboran con nosotros y mantienen activa la exploración como son el puerto deportivo Marina de Greenwich, los ayuntamientos de Altea y Benitatxell, VAPF S.L., SIDMAR estudios y servicios oceanográficos S.L. y Arianne Line - Mnemo.


Eliseo Belzunce

Grupo de Exploración Moraig (GEM)

6 de abril de 2021.

Marina de Grenwich – Altea y embarcación de SIDMAR
Pared del Mascarat – Morro de Toix
Práctica con equipo de topografía Mnemo






Jose María Cortés, Guapet (Vicente Gil), Belén Andrés y Eliseo Belzunce




Jumareando en la salida



Sonda de localización de fuentes de agua dulce


Topografía del Sumidero de Toix