Durante el fin de semana
del 22 de febrero, 7 espeleólogos, Oskar, Irene, June, Patxi, Félix,
Lorena y Alain, decidimos dejar de lado las frías cuevas navarras
para cambiar de aires en las templadas cavidades cántabras. Esta vez
nos decantamos por la mítica integral Tonio-Cañuela.
Salimos de Pamplona el
viernes sin demasiadas prisas y disfrutamos de una primera noche en
el albergue “Coventosa” en la localidad de Asón. A la mañana
siguiente, tras un copioso desayuno, siguiendo las indicaciones hacia
el alto de “Los Machucos” nos pusimos en marcha hacia la boca de
la travesía. Tomamos una cómoda pista que bordea una ladera. Tras
unos 20 minutos de caminata, nos dirigimos a unas bordas a mano
izquierda y localizamos una dolina cercana, lugar donde se encuentra
la entrada a la sima de Tonio.
Imagen 1.
Vista aérea de la localización de la entrada de Tonio. Punto de
señalización aproximado.
Imagen 2.
Croquis de Tonio obtenido desde:
Imagen 3.
Croquis obtenido de:
https://www.pirineoiberico.com/2015/05/travesia-tonio-canuela-arredondo.html
La pequeña entrada nos
recordó el abundante desayuno y nos planteó si tendríamos alguna
posibilidad de pasar más adelante por la comprometida diaclasa.
Comenzamos las
instalaciones de los primeros pozos (P15, P18, P9) sin dificultad por
el buen equipamiento. Durante la espera, en el primer pozo, en un
pequeño charco, pudimos encontrar un nematodo, Gordius sp, parásito
de algunos insectos como grillos o saltamontes. Su apariencia nos
puede confundir con un pelo de crin de caballo pero su lento
movimiento le delata.
Gordius sp. |
El descenso del siguiente
pozo (P48) se interrumpe a los 35m aproximadamente, en el que se
visualiza sin problema un pasamanos instalado. Haremos una pequeña
trepada ayudados por una cuerda también fija y tras solventar el P10
nos recibirá la esperada diaclasa. ¡Menos mal que tras esta
sucesión de pozos el abundante desayuno ya fue bajando!
*Como consejo, los
espeleólogos más corpulentos para poder pasar con mayor facilidad,
pueden colgar parte del material como el arnés de pecho, el puño,
mosquetones, navaja… en la vaga larga y descender por la cuerda
fija (ya instalada) con el stop anclado de la vaga corta. Para
hacerse una idea del paso, recordamos que no hay espacio para girar
la cabeza.
Comienzo de la diaclasa. |
Superado el paso, otra
cuerda instalada nos guiará por un pequeño descenso seguida de una
pequeña trepada por una cuerda ya instalada. Tras el P4+P6
llegaremos a la cabecera del P55 que tampoco habrá que descender
hasta su fin, si no que otro pasamos nos indicará el camino por el
que debemos continuar. Éste es fácil de visualizar pero tenemos que
estar atentos, pues no es tan obvio como el previo. Nos lo
encontraremos mientras bajamos a la derecha.
En la cabecera de unos de los pozos de Tonio. |
Es importante a la hora
de recoger la cuerda, que el último en descender se acuerde de
quitar el mosquetón de la instalación del pozo de 40m. De lo
contrario, tendrá que remontar el pozo entre las jocosas carcajadas
y ánimos de sus compañeros, jijiji!
Pasados dos pozos más,
de 5 y 6m respectivamente, llegamos a otro de 20 + 13 que se puede
hacer con una única cuerda a pesar de haber un pequeño resalte.
Descendemos 3 pozos más, P15, P18, P22 para llegar a un estrecho
meandro denominado Meandro de la Borrasca, no hay duda de que estamos
en él, puesto que la corriente de aire que circula nos deja helados
rápidamente. Este punto nos indica que estamos en el final de la
sima de Tonio. Para la ejecución del rápel volado había dos
instalaciones y evaluamos que la del techo era más segura y cómoda.
A continuación, descendímos 20m desde la cúpula de la sala Olivier
Guillaume. Debido al contraste de las dimensiones de ambas cavidades
y de la particularidad de esta parte, sin duda es el rápel más
estético e impresionante de la travesía y de hecho, desciende por
una de las salas más grandes de la península; 350m largo x 120 m
ancho, con un desnivel de más de 100m.
Una vez en el suelo, unos
reflectantes nos ayudan a seguir la travesía por un camino
descendente entre grandes bloques. Sin ellos, a buen seguro,
podríamos haber estado deambulando por la sala durante más tiempo
del debido. Algunas decenas de metros más adelante encontramos una
cuerda fija, P4. Una vez pasado este punto llegamos a un cómodo
lugar para comer algo, o, más bien, por las horas… merendar.
Cargados de energía pudimos seguir maravillándonos con esta
espectacular cueva.
Además de las
dimensiones, tanto de las salas como de las formaciones, nos llamó
muchísimo la atención las abundantes y estéticas estalactitas y
estalagmitas que hay durante gran parte de este recorrido. En esta
cueva en particular las estalactitas se caracterizan por ser
aserradas, esculpidas de esta forma por las gotas de agua que dirige
la corriente de aire que circula constantemente por la galería.
Bajo estalactitas con forma de sierra. |
La progresión en
Cañuela, al margen de un par de resaltes y un pasamanos, podríamos
decir que no es técnica y nos permite caminar sin dificultad
disfrutando de muchos aspectos singulares, además de los
espectaculares espeleotemas que nos acompañan durante parte del
recorrido. Es reseñable el sonido de un río encañonado que circula
bajo nuestros pies y una bóveda con un gran balcón con vistas a
salas en diferentes niveles.
Cueva de Cañuela. |
Sin embargo y a pesar de
llevar impresa una buena descripción, seguir el camino correcto no
nos resultó especialmente fácil, ya que en algunos tramos da pie a
la confusión. En estos casos los reflectantes nos fueron de gran
ayuda.
Tras 7 horas y media a
duras penas vislumbramos la salida de la cueva; la noche se nos había
echado encima. Descendimos por una ladera resbaladiza de fuerte
pendiente cubierta de hierba. En este punto hay que estar atentos
puesto que hay que girar a la izquierda al ver una baliza colgada de
un árbol. También resulta de gran utilidad acordarse donde hemos
aparcado el coche para una vez llegados a la carretera, no progresar
en sentido contrario, puesto que no lo encontraremos… jejeje!
En conclusión, no nos
extraña que la travesía Tonio-Cañuela sea una travesía clásica y
una de las más realizadas de la Península. Su nivel técnico medio
y su sencilla aproximación la hacen asequible para la mayoría de
los espeleólogos. Las instalaciones están en perfectas condiciones,
permitiéndo progresar con seguridad, gracias al reequipamiento
realizado en el 2016 por el Colectivo Piezo de Madrid y el Club Viana
de Guadalajara. Además, su temperatura y poca humedad hacen de ella
una cueva cómoda donde poder disfrutar de sus espectaculares
formaciones.
Autores: Alain Okiñena, Lorena
Malagón.
Fotogragías: Irene Ortiz.
Buenos días,la descripcion nos ha parecido muy completa, detallada, directa y útil por lo que te damos la enhorabuena. Somos 2 jabato que tenemos ganas de hacerla, nos podrías decir, dada tu experiencia, si con dos cuerdas de 50 metros nos valdría? O que nos aconsejas tu? Gracias por tu tiempo, Juan y Susana
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