20 mar 2020

TONIO - CAÑUELA


Durante el fin de semana del 22 de febrero, 7 espeleólogos, Oskar, Irene, June, Patxi, Félix, Lorena y Alain, decidimos dejar de lado las frías cuevas navarras para cambiar de aires en las templadas cavidades cántabras. Esta vez nos decantamos por la mítica integral Tonio-Cañuela.

Salimos de Pamplona el viernes sin demasiadas prisas y disfrutamos de una primera noche en el albergue “Coventosa” en la localidad de Asón. A la mañana siguiente, tras un copioso desayuno, siguiendo las indicaciones hacia el alto de “Los Machucos” nos pusimos en marcha hacia la boca de la travesía. Tomamos una cómoda pista que bordea una ladera. Tras unos 20 minutos de caminata, nos dirigimos a unas bordas a mano izquierda y localizamos una dolina cercana, lugar donde se encuentra la entrada a la sima de Tonio.


Imagen 1. Vista aérea de la localización de la entrada de Tonio. Punto de señalización aproximado.



Imagen 2. Croquis de Tonio obtenido desde:





La pequeña entrada nos recordó el abundante desayuno y nos planteó si tendríamos alguna posibilidad de pasar más adelante por la comprometida diaclasa.
Comenzamos las instalaciones de los primeros pozos (P15, P18, P9) sin dificultad por el buen equipamiento. Durante la espera, en el primer pozo, en un pequeño charco, pudimos encontrar un nematodo, Gordius sp, parásito de algunos insectos como grillos o saltamontes. Su apariencia nos puede confundir con un pelo de crin de caballo pero su lento movimiento le delata.

Gordius sp.

El descenso del siguiente pozo (P48) se interrumpe a los 35m aproximadamente, en el que se visualiza sin problema un pasamanos instalado. Haremos una pequeña trepada ayudados por una cuerda también fija y tras solventar el P10 nos recibirá la esperada diaclasa. ¡Menos mal que tras esta sucesión de pozos el abundante desayuno ya fue bajando!

*Como consejo, los espeleólogos más corpulentos para poder pasar con mayor facilidad, pueden colgar parte del material como el arnés de pecho, el puño, mosquetones, navaja… en la vaga larga y descender por la cuerda fija (ya instalada) con el stop anclado de la vaga corta. Para hacerse una idea del paso, recordamos que no hay espacio para girar la cabeza.

Comienzo de la diaclasa.


Superado el paso, otra cuerda instalada nos guiará por un pequeño descenso seguida de una pequeña trepada por una cuerda ya instalada. Tras el P4+P6 llegaremos a la cabecera del P55 que tampoco habrá que descender hasta su fin, si no que otro pasamos nos indicará el camino por el que debemos continuar. Éste es fácil de visualizar pero tenemos que estar atentos, pues no es tan obvio como el previo. Nos lo encontraremos mientras bajamos a la derecha.

En la cabecera de unos de los pozos de Tonio.

Es importante a la hora de recoger la cuerda, que el último en descender se acuerde de quitar el mosquetón de la instalación del pozo de 40m. De lo contrario, tendrá que remontar el pozo entre las jocosas carcajadas y ánimos de sus compañeros, jijiji!

Pasados dos pozos más, de 5 y 6m respectivamente, llegamos a otro de 20 + 13 que se puede hacer con una única cuerda a pesar de haber un pequeño resalte. Descendemos 3 pozos más, P15, P18, P22 para llegar a un estrecho meandro denominado Meandro de la Borrasca, no hay duda de que estamos en él, puesto que la corriente de aire que circula nos deja helados rápidamente. Este punto nos indica que estamos en el final de la sima de Tonio. Para la ejecución del rápel volado había dos instalaciones y evaluamos que la del techo era más segura y cómoda. A continuación, descendímos 20m desde la cúpula de la sala Olivier Guillaume. Debido al contraste de las dimensiones de ambas cavidades y de la particularidad de esta parte, sin duda es el rápel más estético e impresionante de la travesía y de hecho, desciende por una de las salas más grandes de la península; 350m largo x 120 m ancho, con un desnivel de más de 100m.
Una vez en el suelo, unos reflectantes nos ayudan a seguir la travesía por un camino descendente entre grandes bloques. Sin ellos, a buen seguro, podríamos haber estado deambulando por la sala durante más tiempo del debido. Algunas decenas de metros más adelante encontramos una cuerda fija, P4. Una vez pasado este punto llegamos a un cómodo lugar para comer algo, o, más bien, por las horas… merendar. Cargados de energía pudimos seguir maravillándonos con esta espectacular cueva.

Además de las dimensiones, tanto de las salas como de las formaciones, nos llamó muchísimo la atención las abundantes y estéticas estalactitas y estalagmitas que hay durante gran parte de este recorrido. En esta cueva en particular las estalactitas se caracterizan por ser aserradas, esculpidas de esta forma por las gotas de agua que dirige la corriente de aire que circula constantemente por la galería.

Bajo estalactitas con forma de sierra.

La progresión en Cañuela, al margen de un par de resaltes y un pasamanos, podríamos decir que no es técnica y nos permite caminar sin dificultad disfrutando de muchos aspectos singulares, además de los espectaculares espeleotemas que nos acompañan durante parte del recorrido. Es reseñable el sonido de un río encañonado que circula bajo nuestros pies y una bóveda con un gran balcón con vistas a salas en diferentes niveles.

Cueva de Cañuela.

Sin embargo y a pesar de llevar impresa una buena descripción, seguir el camino correcto no nos resultó especialmente fácil, ya que en algunos tramos da pie a la confusión. En estos casos los reflectantes nos fueron de gran ayuda.

Tras 7 horas y media a duras penas vislumbramos la salida de la cueva; la noche se nos había echado encima. Descendimos por una ladera resbaladiza de fuerte pendiente cubierta de hierba. En este punto hay que estar atentos puesto que hay que girar a la izquierda al ver una baliza colgada de un árbol. También resulta de gran utilidad acordarse donde hemos aparcado el coche para una vez llegados a la carretera, no progresar en sentido contrario, puesto que no lo encontraremos… jejeje!

En conclusión, no nos extraña que la travesía Tonio-Cañuela sea una travesía clásica y una de las más realizadas de la Península. Su nivel técnico medio y su sencilla aproximación la hacen asequible para la mayoría de los espeleólogos. Las instalaciones están en perfectas condiciones, permitiéndo progresar con seguridad, gracias al reequipamiento realizado en el 2016 por el Colectivo Piezo de Madrid y el Club Viana de Guadalajara. Además, su temperatura y poca humedad hacen de ella una cueva cómoda donde poder disfrutar de sus espectaculares formaciones.



Autores: Alain Okiñena, Lorena Malagón.
Fotogragías: Irene Ortiz.

1 comentario:

  1. Buenos días,la descripcion nos ha parecido muy completa, detallada, directa y útil por lo que te damos la enhorabuena. Somos 2 jabato que tenemos ganas de hacerla, nos podrías decir, dada tu experiencia, si con dos cuerdas de 50 metros nos valdría? O que nos aconsejas tu? Gracias por tu tiempo, Juan y Susana

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