28 mar 2016

SALTO DEL NERVION

El pasado fin de semana nos fuimos para Delika con intenciones de intentar descender este gran salto de agua de unos 200 metros. El día amaneció nublado y tristón, además nuestra corresponsal en Delika, Itziar, nos comentaba de par de mañana que también andaba algo de viento. Una vez mas tiramos de refranero: "el que madruga se encuentra todo cerrado", y quedamos allí tarde para no variar. Esta vez acertamos porque sigue triste, pero no hay viento ni niebla. ¡No se le puede pedir mas al día!


Desayunamos en el bar a pie de río, donde nos espera Diego Dulanto y para arriba. Nos embuchamos en los neoprenos y a patear hasta la cascada. Los últimos preparativos y ¡a seguir la corriente se ha dicho! Algunos curiosos bajan del mirador a ver que se cuece y de paso a sacar alguna foto, nos vemos rodeados de gente y ¡que menos que amenizarles la mañana! eso si, ¡Menos mal que no nos echaron cacahuetes como a los monos del circo!

De la bajada ni hablamos. Espectacular es la palabra que resume todo: las vistas, la altura, la sensación de pequeñez, la inmensidad de lo que te rodea, el estado de ánimo... Todo.



Tras la tirada larga (de 150 metros) parece que ya estás en el suelo, pero todavía quedan unos 65 metros y alguna que otra sorpresa... La instalación del pasamanos da mas risa que otra cosa, y el viento vuelve a hacer acto de presencia echándonos todo el agua de la cascada encima. Típica imagen de temporal de película (parece que te lanzaban el agua a baldes). No había forma de resguardarse, lo mejor era hacerse una bola anclados al pasamanos y esperar a la calma que precede a la tempestad. Lo malo es que no solo es molesto y frío, esque además todo ese agua se canalizaba en la grieta por donde había que bajar (dos cuartas de agua empujandote hacia abajo todavía a 65 metros del suelo y con ese pasamanos... Decidimos instalar en fijo con la cuerda que llevábamos para recuperar y salir pitando de allí, pero enseguida el viento cede y la cosa se tranquiliza.

Una vez abajo solo queda mirar para arriba y disfrutar de la vista contraria mientras vamos siguiendo el río camino de Delika. Una vez allí, llenamos el buche y volvemos a la cabecera para recuperar una mochila y una cuerda que tuvimos que abandonar y ya a oscuras volvemos riéndonos al coche porque a las 20:00 cierran la valla que da acceso al parking y son las 20:10... Efectivamente es bula y podemos volver a casa en el día, o mas bien en la noche. 


Aquí os dejamos un vídeo resumen de la jornada:


Aquí tenéis un enlace por si no os deja ver el vídeo directamente: Vídeo


Gracias a Diego Dulanto, que no pudo acompañarnos por un problema de rodilla pero se ocupó de la intendencia y de sacarnos alguna foto desde el mirador, y a Itziar, la Delika-tessen del pueblo del saltito, que además de acompañarnos y sacarnos fotos hizo de meteoróloga, de guía, de amatxo (dice que echó siesta pero seguro que estuvo pegada a la ventana con los catalejos...), y sobre todo de anfitriona. Una vez mas... : ¡Que bien lo pasemos! 




Texto: Zuriñe
Fotos: Alicia, Imanol, Mikel, Oskar, Diego, Itziar.

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