22 dic 2015

FLUMINEDDU

    Después de 48 horas de unas intensas lluvias y con el suelo saturado de agua nos decidimos a entrar al descenso del flumineddu. Nos sorprende lo rápido que ha descendido el nivel del agua. Lo encontramos desde su inicio completamente seco.






    Para muestra la foto del cauce que deberemos de pasar con nuestros vehículos para llegar a la cabecera del barranco (paso obligado por el lecho del río que deberemos hacer completamente seco). El puente de los 3 tubos ya sufrió anteriormente la fuerza de las riadas dejándolo inservible.


    El descenso se realiza en una magnífica, bella, grandiosa, estética, toda la gama de adjetivos que queráis añadirle a esta garganta que concentra rincones que sorprenderán a nuestras retinas y que nos llevaremos en el recuerdo. Un cañón que no es físicamente exigente, ni tiene grandes verticales, ni requiere buena destreza en el manejo de cuerdas pero que recomendamos hacerlo si estamos en la isla de Cerdeña.


    La primera parte un poco larga, monótona y pesada debido a la caminata por cauce seco que deberemos realizar. No obstante el paisaje es excelente con altas paredes y el suelo lleno de cantos donde se denota la fuerza de arrastre del agua dejando grandes acumulaciones. Deberemos de realizar muchos pasos entre bloques y destrepes.


    La segunda parte que es la más interesante empieza después del primer rapel, aquí se acentúa el carácter encajado, nos muestra la grandeza de sus paredes altas y estrechas. Los obstáculos se suceden con más continuidad, concentrando la mayor parte de los rápeles.


    Después la gorga se abre de nuevo, aparecen las surgencias subterráneas dando un ambiente acuático al descenso hasta la confluencia con el barranco Codula D´orbisi. Las pozas están bien llenas de agua limpia y cristalina donde nos damos un merecido baño y sacamos unas fotos para el recuerdo. Es una pena lo fresquitos y aseados que nos quedamos en estas pozas y lo poco que nos va a durar, tenemos la cuesta de retorno que nos hará sudar a buen seguro.


Texto: Luís Marín
Fotografías: Luís Marín, Bomberos de Navarra

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